Sabes, a veces voy de visita a nuestro mundo..
Ese lugar donde decidimos ser felices, allí se detenía el tiempo entre tu mirada y la mía..
Podíamos bailar juntos, aunque a veces tropezábamos con nuestros pies, era tan divertido.. Allí reíamos hasta la madrugada y tomábamos vino hasta el amanecer..
Recuerdo que teníamos una pradera, en la que caminábamos juntos, de la mano, y charlábamos hasta que la boca se nos secaba, como si fuera el pasto en verano.. Compartimos tanto nuestro mundo interior, que si hacía falta llorar, llorábamos juntos, de alegría o de pena. Pero que más da, lo mejor es que nunca se nos acabó el carrete para hablarnos..
En nuestro mundo, las frutas sabían diferente.. Los ríos emanaban miel, y abundaba el alimento.. El desayuno se convirtió en una maratón de risas, el almuerzo en una infinidad de besos que se alargaban hasta la cena, donde nos fundíamos entre abrazos y caricias hasta quedarnos completamente dormidos... Juntos.. Hasta la nueva puesta de Sol.
Viajábamos cada día, a cada hora, saltábamos entre países, ciudades, y nunca hubo fronteras.. El tiempo decidió hacernos un favor, y se paró. Solamente para que tú y yo pudiéramos emprender nuestra aventura..
Nuestro brillo en los ojos nos mostró la primera parada, nuestros corazones.. Cada uno sostenía el del otro, con tanto amor, tanta delicadeza.. Nos prometimos que, aunque teníamos la fuerza necesaria, nunca la usaríamos contra ese órgano tan vulnerable.. No se lo merecían..
El beso dio paso a la caricia, la caricia al abrazo, y éste a la unión de dos almas errantes.. Nos fundimos en un pacto de amor, de evolución, de cambio y mejoras..
Soñamos juntos, proyectamos unidos y quisimos crear este maravilloso mundo.. Sólo para nosotros..
En nuestro mundo también había silencio, paz, armonía... Ese silencio solo lo supo mejorar tu dulce voz junto a la mía..
En esa paz, hablaban nuestras mentes.. Nuestras manos al rozarse.. Se dijeron tantas cosas, hasta nuestra alma se emocionó de presenciarlas..
Allí no necesitábamos el dinero, ni la ropa.. Ningún bien material podría haber suplido tan majestuosa magia..
Porque tú y yo éramos eso, pura magia, una fantasía jamás soñada..
Un día encontramos un hilo, de color rojo. Era muy largo, no alcanzábamos a ver hasta dónde llegaba, pero teníamos ambos extremos a nuestra disposición. Decidimos atarlo a nuestros dedos, como símbolo de que nuestro destino siempre estaría unido, así lo quisimos..
Si hubiera sabido que esa era la última vez que íbamos a sentirnos tan cerca, le habría pedido a Cronos un último favor.. Que nunca reanudara el tiempo..
En el siguiente amanecer, perseveré en el intento de mantener mis ojos cerrados, no era como otros despertares.. Sabía que algo había cambiado, me habló mi intuición en sueños..
Conseguí despegar mis párpados y vi como tú ya no estabas en nuestro mundo.. Desconozco el motivo, la razón.. Sólo sé que me quedé ahí sentada viendo la envergadura de nuestro hilo rojo.. Mi dedo seguía enlazado, y el hilo continuaba hasta el horizonte.. No te lo desataste, y tampoco entiendo el por qué..
Decidí ponerme en marcha, seguir el camino hacia donde se dirigía aquel hilo rojo.. Tiré de el por si lo tensaba y podía encontrarte.. No conseguía nada, por más que tiraba nunca llegué a notar la tensión..
Cansada, sedienta, apenada... anduve sin descanso, muchos días y muchas noches.. Sin parar. Grité tu nombre al cielo, me encomendé a la naturaleza, te escribí mil cartas de amor, pero no te encontré por ninguna parte.. hasta que llegó la gran noche..
Una Luna llena me iluminó, que gran acierto fue aquello.. Le pedí un gran deseo, de esos que no se pueden revelar... Era solo entre ella y yo... Dejé que su luz leyese mis notas.. y ella me sonrió y me bañó aún más con su brillo..
Me susurró que estuviese tranquila.. Que no caminase más.. Que descansara, y me recuperase de aquel castigo.. Ese que infligiste con tanta decisión y frialdad..
Entre llantos, conseguí por fin dormir aquella noche.. Gracias Luna..
Me desperté, con la piel fría y los ojos empapados.. Rodeada de notas que escribí la noche anterior por si el viento podía contactar contigo y llevarte mis letras..
Se me erizó la piel, como cuando tú me acariciabas, por un momento pensé que estabas ahí.. Lo deseé con todas mis fuerzas.. pero cuando puse mi mano en el hombro.. no era más que la brisa..
Siento decir esto pero, nuestro mundo ya no me gustaba.. Sentía que yo también tenía que salir de él..
Caminé sin descanso hacia el lado contrario de nuestro hilo rojo.. Y no, yo tampoco me lo desaté del dedo, no quería hacerlo..
Hallé una salida.
Volví a la realidad, esa que nos gustaba tan poco.. ¿ Recuerdas? Yo no sé olvidar..
A mi alrededor solo había gente, mucha gente. Extraños más bien..
Ruido, Coches, Animales.. Parecía como si a una película le hubieran aumentado la velocidad de reproducción.. Todo pasaba tan rápido.
Caminé de nuevo.. mucho.. hasta que encontré el Mar...
En este mundo la Luna brilla sólo a veces, es una pena... Pero ese día me volví a encontrar con mi amiga la llena..
Quiso hablar conmigo, preguntarme qué tal estaba, pero rompí en llanto y no pude ni mediar palabra...
Detrás de la cascada de mis ojos, conseguí divisar algo.. Me sequé las lágrimas y vi un papel y un bolígrafo.. volví a mirar al cielo, y allí estaba ella.
Me susurró de nuevo que me calmara.. Y me dijo que te escribiese una última carta, que ella misma se encargaría de hacer la entrega.. La Luna nunca miente.. Aunque quizás nunca quieras leerla.. Mi carta decía así:
"No era necesario tanto dolor.. No era necesario construir aquel mundo si tu corazón realmente no lo quería...
No era necesario hablar con palabras de amor si es que no las sentías.. No era necesario esa despedida tan fría..
Quizás se te apagó la llama.. Quizás te gusta más este mundo.. No era necesario quebrar mis alas defectuosas..
En este mundo nuestro hilo rojo es invisible a los ojos.. Pero mientras escribo esta carta, lo siento en mis dedos.. Quizás nunca se vaya a tensar.. Y como ya me advirtió mi amiga, quizás nunca más te vuelva a encontrar.. Pero aquí estamos, en este mundo y conectados, por que ninguno se lo desató..
Te hubiera dicho que sí mil y una vez.. Te hubiera escuchado si algo te perturbaba.. Hubiera comprendido tu alma.. Hubiera abrigado tu corazón..
Incluso si querías marcharte, te hubiera dicho que sí.. te quiero libre, feliz, juntos o sin mí..
No era necesario este silencio.. Este es de los oscuros, de los que te hacen daño en el alma.. En nuestro mundo podíamos hablar de todo, pero claro, eso ya pasó..
Teníamos una bonita unión.. No era necesario hacer las cosas así..
Te quise y te querré, aunque de otra manera, en otro mundo, en otro ser..
No tengo elección, me guardo nuestro mundo y todo lo compartido.. No era necesario un adiós, yo prefiero decirte hasta luego.. "
Le entregué mi carta a la Luna, y hasta ella lloró de emoción..
Me dijo que no era necesario tanto sufrimiento.. Que de dónde no hay no se puede sacar.. Que dejara de buscar respuestas en alguien que nunca las quiso dar..
Me advirtió que fuese fuerte, que luche por mí.. Mi corazón no se lo había llevado, seguía latiendo dentro de mí..
Respiré y me quedé en silencio.. escuché sus latidos.. me volví a sentir viva, volví a conectar con mi interior..
Me sequé las lágrimas y cuando quise mirar, la Luna ya se había ido..
Sorprendida por el Sol, tomé coraje y me bañé en ese mar.. Suspendida, flotando en su agua salada volví a cerrar los ojos..
Sentí paz, respiraba con tranquilidad, en ese espacio nada malo me podía pasar..
De repente oí una voz, quería decirme algo.. Susurraba pero no le entendía, nunca había hablado con esa voz, al menos que yo recuerde.. Puse mas atención hasta que logré comprender lo que decía:
" Pase lo que pase en este mundo.. el Sol vuelve a brillar y la Luna sale cada noche.. Tu carta ha sido entregada, no te preocupes, pero hay cosas que no están en nuestro control.. Respira, no llores más.. Como un astro vas a volver a brillar.. "
Ahí entré en un profundo sueño.. Me calmó esa ansiedad.. y Volví a soñar..
Entendí que todo pasará.. Más temprano que tarde, todo dolor se aliviará..
Voy a librar esta batalla y mil batallas más, y sé que las voy a ganar.
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